Tan fugaces - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"
Tan fugaces
Era el tercer cuerpo que encontrábamos con un haiku, escrito en grandes caracteres, a su lado.
Estarán llenas de mis manos destruidas y tu ausencia.
¿Pretendía despistarnos con aquellas adivinanzas o llevarnos hasta él?. El inspector Tarso, mi compañero, opinaba que este último debía referirse a las papeleras, estábamos en las oficinas de La Esfera, alta tecnología destinada a regular la inclinación del eje terráqueo para retrasar la próxima glaciación. Al vaciarlas solo encontramos papeles y envases de hamburguesa.
Dos días después aparecieron la cuarta víctima y su poema cerca de un Burgertemplo.
Oí la alfombra de crujidos que tejía la hojarasca.
Era una humanita, réplicas perfectas del hombre, salvo por un virus, inoculado en el ADN, que les impide articular el lenguaje y limita su vocabulario.
El asesino, en cambio, parecía estar por encima de cualquiera de nosotros, aunque llevemos microordenadores para complementar el cerebro. La Coalición Monoteísta, tras eliminar los panteísmos asiáticos, en el 2625, impuso dichos injertos. Mientras más delegas en ellos más gilipollas te vuelves.
Tarso se tomó un vinitacol, una enzima, distribuida por la Coalición, que transforma el azúcar en sangre en alcohol. La única manera posible de colocarse en un estado sin bares ni dealers.
─Su próximo asesinato ─concluyó─, será en un parque.
─Los jardines virtuales acabaron con todos.
─Queda el zoológico.
Los animales también eran vida artificial, solo quedaban algunas mutaciones en las cloacas y en el Congreso de los Diputados. Nada más bajar del Subtertrain encontramos otro cuerpo y otro poema:
Son tan fugaces que podrían competir con los segundos.
─Bonita forma de describir unos pechos de mujer─dije─, aunque quizá se refiera a sus jodidos haikus.
─¿Y si el asesino no fuera un poeta?.
─Explícate.
─Quizá se trate de un humanita que no llama a las cosas por su nombre porque le faltan palabras en su registro.
─Imposible─respondí─, no pueden articular el lenguaje.
─Podría estar realizando combinaciones al azar. Sería fácil comprobarlo en el registro del fabricante, las palabras utilizadas en los poemas coincidirán con las seleccionadas por el comprador.
La vida artificial también era producida por la Coalición mediante un monopolio llamado el Bloque. Al tratarse de seres sin alma, habían autorizado su uso fuera del matrimonio y contra natura. Nos fuimos para allí.
El ingeniero de programación introdujo los datos en su base, todo encajaba. Era un modelo de placer y la propietaria había denunciado su robo cuatro días atrás. Tuve una premonición. Le pedimos a la IA que compusiera todos los mensajes coherentes de diecisiete sílabas con aquel registro de cien palabras. Junto a los conocidos apareció un último haiku:
Cada palabra
ignorada, un verso
que no empieza.
Encontramos otra copia junto al cadáver del presidente del Bloque, en su despacho de la planta noventaiocho.
Se habían equivocado, el azar y unas pocas palabras pueden generar emociones, aunque sea la más básica, el odio. Supe que aquella investigación nunca vería la luz, se limitarían a replantearse su sistema de fabricación.
Seudónimo:alguien
Era el tercer cuerpo que encontrábamos con un haiku, escrito en grandes caracteres, a su lado.
Estarán llenas de mis manos destruidas y tu ausencia.

Dos días después aparecieron la cuarta víctima y su poema cerca de un Burgertemplo.
Oí la alfombra de crujidos que tejía la hojarasca.
Era una humanita, réplicas perfectas del hombre, salvo por un virus, inoculado en el ADN, que les impide articular el lenguaje y limita su vocabulario.
El asesino, en cambio, parecía estar por encima de cualquiera de nosotros, aunque llevemos microordenadores para complementar el cerebro. La Coalición Monoteísta, tras eliminar los panteísmos asiáticos, en el 2625, impuso dichos injertos. Mientras más delegas en ellos más gilipollas te vuelves.
Tarso se tomó un vinitacol, una enzima, distribuida por la Coalición, que transforma el azúcar en sangre en alcohol. La única manera posible de colocarse en un estado sin bares ni dealers.
─Su próximo asesinato ─concluyó─, será en un parque.
─Los jardines virtuales acabaron con todos.
─Queda el zoológico.
Los animales también eran vida artificial, solo quedaban algunas mutaciones en las cloacas y en el Congreso de los Diputados. Nada más bajar del Subtertrain encontramos otro cuerpo y otro poema:
Son tan fugaces que podrían competir con los segundos.
─Bonita forma de describir unos pechos de mujer─dije─, aunque quizá se refiera a sus jodidos haikus.
─¿Y si el asesino no fuera un poeta?.
─Explícate.
─Quizá se trate de un humanita que no llama a las cosas por su nombre porque le faltan palabras en su registro.
─Imposible─respondí─, no pueden articular el lenguaje.
─Podría estar realizando combinaciones al azar. Sería fácil comprobarlo en el registro del fabricante, las palabras utilizadas en los poemas coincidirán con las seleccionadas por el comprador.
La vida artificial también era producida por la Coalición mediante un monopolio llamado el Bloque. Al tratarse de seres sin alma, habían autorizado su uso fuera del matrimonio y contra natura. Nos fuimos para allí.
El ingeniero de programación introdujo los datos en su base, todo encajaba. Era un modelo de placer y la propietaria había denunciado su robo cuatro días atrás. Tuve una premonición. Le pedimos a la IA que compusiera todos los mensajes coherentes de diecisiete sílabas con aquel registro de cien palabras. Junto a los conocidos apareció un último haiku:
Cada palabra
ignorada, un verso
que no empieza.
Encontramos otra copia junto al cadáver del presidente del Bloque, en su despacho de la planta noventaiocho.
Se habían equivocado, el azar y unas pocas palabras pueden generar emociones, aunque sea la más básica, el odio. Supe que aquella investigación nunca vería la luz, se limitarían a replantearse su sistema de fabricación.
Seudónimo:alguien
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