EQUIPAJE DE MANO - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"
EQUIPAJE DE MANO
El cuarto estaba lleno de humo. La noche era silenciosa y la mujer que estaba a su lado yacía dormida. No había sido una aventura
muy placentera. El hombre miró el reloj, eran las cuatro de la madrugada. A continuación, agarró el periódico. El caso se había cerrado con éxito y el acusado había sido encarcelado. Como ya esperaba nadie le mencionaba. A los oficiales nunca se les menciona. Sonrió y apagó el cigarrillo. Posteriormente, se levantó de la cama, se vistió, agarró con cuidado su equipaje y salió del hotel. Al marcharse dio la mano al botones, sonrió con dulzura a la secretaria y nadie se percató del cadáver que se balanceaba en su mano derecha.
Flor de Loto
El cuarto estaba lleno de humo. La noche era silenciosa y la mujer que estaba a su lado yacía dormida. No había sido una aventura
muy placentera. El hombre miró el reloj, eran las cuatro de la madrugada. A continuación, agarró el periódico. El caso se había cerrado con éxito y el acusado había sido encarcelado. Como ya esperaba nadie le mencionaba. A los oficiales nunca se les menciona. Sonrió y apagó el cigarrillo. Posteriormente, se levantó de la cama, se vistió, agarró con cuidado su equipaje y salió del hotel. Al marcharse dio la mano al botones, sonrió con dulzura a la secretaria y nadie se percató del cadáver que se balanceaba en su mano derecha. Flor de Loto
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