Corten - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

Corten
 
Nadie conocía a la víctima. El cadáver del hombre yacía desnudo boca arriba, mientras las profesionales realizaban la autopsia.
—No presenta signos de violencia —diagnosticó la médico forense.
—Lo encontramos cuando llevaba pocas horas muerto, todavía no
está totalmente frío —informó la detective al tiempo que colocaba la mano entre los muslos del finado—. No conocemos su identidad, pero corresponde a un individuo caucásico, pelo negro, deportista, de 1,80 m de altura, unos 30 años de edad, bien parecido,...
—Y bien dotado. Si el tamaño de la virilidad figurase en el DNI, sería fácil realizar una búsqueda en nuestras bases de datos —observó su ayudante mientras señalaba el objeto de su comentario con actitud divertida.
—Seamos serias —cortó la forense—. Este adonis presenta un excelente estado de salud, es decir, lo presentaría si estuviese vivo. El caso es que considero poco probable que haya sufrido un problema cardiaco agudo sin intermediación de un agente externo. No observo signos de violencia, luego no fue agredido. Me aventuro a pensar que estamos ante un caso de envenenamiento o de sobredosis de estupefacientes —las tres asintieron—, aunque descartaría que el móvil de los hechos fuese pasional, pues conserva ese gusano enorme intacto entre sus piernas.
—Buena apreciación —confirmó la ayudante de la detective—. Yo se lo hubiese cortado sin dudar. Por aquí, por su base.
—Deberíamos llevar el cuerpo al laboratorio para que lo analicen. El veneno es difícil de detectar a simple vista —hizo una pausa—. Detective, ¿qué está usted haciendo?
—Tengo entendido que el envenenamiento por ingesta de cianuro deja un característico olor a almendras amargas en el cuerpo de la víctima.
—Es correcta la información, pero le aconsejo olfatear en su boca. ¡Suelte eso! Ya lo cort... digo, ya analizaremos luego si quedan restos de fluidos en él. Aquí está la boca, en el otro extremo del cuerpo —la forense escupió en la boca del cadáver—. Sin rastro de cianuro —sentenció.
De repente el muerto abrió los ojos con gesto de enfado.
—Pero bueno, ¿esto estaba en el guion? Es totalmente vejatorio hacia mi persona.
La directora apareció desde detrás de las cámaras.
—¡Corten! —Dio una calada a su cigarro y prosiguió con tono pausado— ¿Estás disfrutando? No eres tan tonto, actorcito, esto debe ser muy vejatorio. Esperamos que te guste nuestro señuelo. Debes saber que los cadáveres de verdad no están atados a una cama y que esta cámara no está grabando ¿Todavía no te acuerdas de mi? ¡Mírame a los ojos!
Cuatro navajas centellearon en un movimiento sincronizado.
—¡Estáis locas! ¡Soltadme! ¡No es de hombres atacar a alguien indefenso!
—No pensabas así cuando me violaste,... y no, no somos hombres... ¡Corten!

Pseudónimo:Pastor de Letras

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