Missing - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

Missing

 Estábamos juntas, corríamos, sudando y gritando. Tropezábamos cada minuto porque no veíamos nada, escuchábamos nuestra respiración y el bombeo de la sangre. Estábamos juntas y de pronto, estuve sola…
   Y estuve sola cerca de dos horas, parada en el medio del pasillo.
Incrédula, hasta que se abrió una puerta y salió el primer vecino que me ayudó, llamo a mis padres y a la policía.
  Era de noche, estábamos jugando a las palmadas, como siempre. Era nuestro juego favorito desde niñas. Y llegó algo oscuro, algo que me hizo correr detrás de ella, algo que me obligó a gritar, a hacer correr su sangre – desperté sobresaltada. 
  Mi madre apareció llorando, nada todavía. A las cuatro de la tarde siempre llamaban para dar un reporte, siempre infructuoso, siempre inquietante, siempre doloroso. Vacío. Mi cuarto estaba vacío. Ella era todo lo que lo llenaba, con risa y ruido. El teléfono otra vez. Mamá se abalanza sobre él. Apareció un zapato, un zapa…, UN ZAPATO. ¿¡Y el resto de mi hermana!?
No había nadie, estábamos solas, ella se tapaba la boca con un dedo. Shh, está detrás de mí, ¿no lo ves? Deberías verlo, eres la mayor, deberías cuidarme…todo es tu culpa. 
¡¡TODO ES TU CULPA!! Los gritos de mi padre me despiertan. Lleva una semana repitiéndoselo a mamá como si fuera un ritual. No es su culpa. Siempre salíamos a escondidas para esperar el amanecer. Ella no lo sabía.
Vinieron dos policías a interrogar otra vez, por si recordaba algo más. Repetí mi historia. Una, dos, tres veces. Nada nuevo, nada útil, nada bueno.
Mi hermana entra por la ventana, con su jean lleno de barro y hojas en el pelo. Se para frente a mí. Levanta la ceja izquierda como hacia cada vez que algo era obvio. ¿No lo ves? ¿En serio no lo ves? Fuiste tú, me dejase atrás… me empujaste para que estuviera sola… camina hacia mí y se acuesta a mi lado con un salto exagerado que me levanta un poco.
Mamá se ha tirado a mi lado en la cama. Me hace despertar. La abrazo, me mira directamente. Niega con la cabeza. Su boca se arquea hacia abajo y rompe en un llanto desgarrador…
Cuatro semanas la buscaron, en vano, luego se rindieron. Nadie se molestó más, la gente pobre no le preocupa a nadie.




Sahel

Comentarios

Entradas populares de este blog

Alexandra Ortiz "La monicha", por mariana - Carmona XXX Concurso Nacional de Cante Flamenco

Carmona: Nevada 10 de Enero de 2.010

Flamenco: Mari Nieves Sanchez “Nieves Itoly”, por Polo Carmona XXXI Concurso Nacional de Cante Flamenco