Aún estaba oscuro - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

Aún estaba oscuro
 

Entonces… se escuchó un grito, un grito insoportable. Pero era él mismo quien aullaba, el que se sacudía a manotazos los retales del sueño, los despojos de la más reciente de sus pesadillas.
***
Cuando se despertó, aún estaba oscuro. No recordaba nada. Solo que había llegado a la casa, abierto la puerta (o quizás ya estuviera
abierta: no podría decirlo), atravesado el salón, y la había encontrado allí, en un charco oscuro, los ojos abiertos al cielo raso, el vestido desgraciado para siempre por los grumos de sangre y la desgracia de contener a un muerto.
Luego gritó (cree que gritó), y subió las escaleras de dos en dos para seguir con su comprobación, con su macabro examen de dos muertecitos más en sendas camas blancas de dosel, los pijamas con muñecos y las manos atadas a la espalda, el pelo de Sabine extendido sobre la almohada, la cabeza de Oliver abierta en dos por un hachazo.
El hombre bajó a la sala y se sentó. Miró a la derecha, a la mesita donde se asentaba el teléfono. Aún tardó unos minutos en marcar el número de emergencias.
***


Cuando se despertó, aún estaba oscuro. A la derecha, un muro de piedra con un póster de Metallica; arriba, los muelles oxidados de una litera. No recordaba nada.
Pero sí, ahora las imágenes se le apelmazan, lo abruman, lo sacuden. Había llegado a la casa, abierto la puerta (hoy puede confirmarlo), atravesado el salón, y la había encontrado allí, con su vestido de flores y los ojos mirando a la ventana, y con el cuchillo de la carne la había apuñalado en silencio.
Luego gritó (claro que gritó), y subió las escaleras de dos en dos para seguir con su crimen, con su macabramisión de dos muertecitos más en sendas camas blancas de dosel, los pijamas con muñecos y las manos atadas a la espalda, el pelo de Sabine extendido sobre la almohada, la cabeza de Oliver abierta en dos por un hachazo.
***
Cuando se despertó, aún estaba oscuro. El doctor volvió a preguntarle por qué lo había hecho, qué orden había obedecido. Por qué, por qué, por qué.
Pero él no recordaba nada.


Faustos

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