DESAMOR - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

DESAMOR

De pronto estaba ahí, tirado en el suelo luego de caer de más de 5 metros, con las costillas rotas, las piernas quebradas y una herida abierta en la cabeza. Ella bajó lentamente la escalera y lo miró, con odio, y también con miedo. Él le suplicó que lo ayudara, que llamara alguien, y como por costumbre volvió a prometer lo mismo que otras veces, amor, cariño y una nueva vida. Ella entonces se volteó despacio y miró por la ventana sucia, el viejo galpón estaba vació, y se empezaba a llenar poco a poco de la negrura incipientede la noche. Evito mirarlo,para distraer esa insensata culpa e inseguridad que le inoculaba su mirada penetrante. Luego de más de una hora de suplicas vanas, él pareció desvanecerse, y ella corrió a levantar un poco su cabeza, no quería que perdiera la conciencia, no todavía, no tan pronto
Cuando acomodó su chaqueta bajo su nuca sintió su perfume, yrecordó entonces vívidamente -como si fuese un viaje en el tiempo-, la noche en que desacatando la orden de restricción que tenía por haberla casi matado, él apareció en la puerta de su casa, era de noche y hacía un frío que se filtraba por la fibra de los huesos. Ella miró por la ventana y al verlo el corazón pareció atragatarsele en lagarganta, ahí estaba, al otro lado de la puerta, con esa expresión que vio mil veces durante los 13 años que permaneció a su lado, esa mirada de culpa, de ruego, de arrepentimiento. Con sólo cerrar los ojos sabía la fragancia que encontraría al abrazarlo, los niños dormían, lo pensó poco y abrió la puerta para preguntar a que venía.
Entonces el entró y en cuanto cruzó el umbral aparecieron los ojos del hombre que quizo matarla, puso el pie en la puerta -para que no la cerrara-y entró de golpé empujandola hacia dentro, le preguntó gritando con quien se acostaba, le apretó los labios hasta romperlos para castigarla por el color que llevaban, la tomó de la cabeza y la arrojó con fuerza contra la mesa. Ahí en el suelo y de reojo,ella la vió aparecer, linda, pequeña y asustada -como en tantas ocasiones, entonces pasó lo que ellamás temía, el hombre se rindió, y el monstruo que era, tomó a la niña y con un cuchillo rajó su dulce carita, para que cuandogrande no fuera una prostituta como ella.
Cuando salió de sus recuerdos, lo vió tendido, ysin perturbarse por los gritos débiles que ya nadie oiría, tomó la sierra eléctrica, la enchufó y rebanó uno a unolos dedos de sus pies, y se quedo absorta mirando como la sangre manaba con una fuerza desconocida, el gritó y lloró lo que pudo, hasta que la sierra empezó a claverse lentamente por todo su cuerpo y los ojos perdieron el brillo de la vida, y el monstruo lo abandonó. Entonces ella lo besó despacio y lloró su unica lágrima negra.


Paolina Sarale