COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA
 
Era ya el tercer cuerpo calcinado que aparecía en apenas una semana en diferentes puntos de la ciudad, sin testigos, pruebas, ni sospechosos probables ni improbables, y en la comisaría las conjeturas a cual más extraña flotaban pesadamente en el ambiente entre la incredulidad de los inspectores asignados al caso. Las
condiciones en que habían sido encontrados eran además realmente misteriosas como poco, y aunque gracias a la documentación hallada en el hotel de uno de ellos pudimos poner nombre y cara a esos restos completamente irreconocibles e identificar a los demás miembros de la banda (por lo demás un grupúsculo de exmilitares de los Balcanes metidos a delincuentes de poca monta), aquello no parecía llevarnos a ninguna parte.
Las dudas y preguntas de toda clase referidas a este insólito caso se nos iban así amontonando a medida que pasaban los días, sin que supiéramos muy bien por dónde empezar: ¿Cómo habrían sido supuestamente asesinados aquellos hombres? ¿Qué harían por aquí esos ciudadanos serbios y por qué acabarían así? ¿Y qué demonios significarían las misteriosas y delicadas hojas manuscritas hechas pedazos que aparecieron junto a ellos?
Tales fragmentos parcialmente quemados eran por ahora lo único parecido a una pista de que disponíamos, puesto que los forenses no habían sido capaces de averiguar cómo habían muerto ni tan siquiera decirnos qué clase combustible había sido utilizado para quemar los cuerpos de manera tan completa. Además había algo en aquellos fragmentos hallados en la escena del supuesto crimen profundamente extraño, ya que lejos de ser los simples papeles viejos y amarillentos que parecían a primera vista, pronto demostraron ser nada menos que escritos sobre papiro muy antiguos que probablemente tuvieran algún valor.
Sospechando que quizás pudiera tratarse de alguna clase de comercio ilegal de antigüedades que les salió mal, los enviamos inmediatamente a un experto en el tema que me llamó al cabo de unos días a media noche y muy excitado. Me dijo entonces atropellándose con sus propias palabras que se trataban de fragmentos originales escritos en griego del Apocalipsis de Pedro, un raro texto apócrifo neotestamentario que se creía perdido para siempre tras el bombardeo y posterior incendio de la biblioteca de Sarajevo en 1992. También me comentó que su valor era incalculable y que se trataba del primer escrito cristiano en que se describían con detalle los tormentos de los condenados al infierno. Le dije entonces si me hacía el favor de mandarme las traducciones para ver si me ayudaban en la investigación, que me llegaron por mail puntualmente a la mañana del día siguiente.
Ocupado con otras cosas pensando que no serían tan importantes, al fin las acabo de leer hace un rato y todavía me sudan las manos… Puede que sea tan sólo una corazonada, pero apostaría fuerte a que lo sucedido con aquellos hombres no fue ningún asesinato convencional.

Seudónimo:Prometeo Gris

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