LUCES EN EL PARADOR - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

LUCES EN EL PARADOR
    Aquella mañana de niebla el termómetro había bajado por fin a los siete grados centígrados. El verano había sido agobiante y duradero. Y por fin el río Guadaíra había superado su época de estiaje tras las últimas lluvias otoñales.

 
    -Agente, dígame, ¿tiene ya el informe y el registro de pruebas?

 
    -Lo tenemos a punto, solamente falta la comprobación de huellas dactilares, pues parece que no hay ninguna.

 
    -Qué extraño, en cuanto esté, pásemelo.

 
El comisario Osuna pasó por varios trabajos antes de llegar a ser jefe de policía. Estuvo en una gasolinera a turnos de noche y repartiendo pizzas en ciclomotores que tiraban menos que los puros de Fidel Castro. A parte de esos empleos nocturnos tenía una dilatada experiencia de cinco años en la Guardia Civil y quince en la Policía Nacional y jamás había visto nada parecido. ¿Qué era eso de unas luces simultáneas en el cementerio y en el Parador Nacional?  

 
    La puerta del cementerio estaba llena de coches de policía, la noche anterior habían llamado unos turistas ingleses diciendo que habían visto una ráfaga de luces extrañas en el cementerio municipal y alrededor del antiguo alcázar del siglo XIV.En el camino de vuelta el comisario Osuna iba pensando qué o quién podía haber provocado aquello para que se alarmasen tanto aquellos turistas. Dentro del cementerio estaba todo en orden excepto la tumba número trece. Nadie se había dado cuenta en la investigación de que esa tumba tenía ligeramente desplazada la lápida. Fue el sustituto del becario, el jovenTony Macías, quien se había percatado del ligero movimiento.

 
-Comisario, disculpe mi atrevimiento, pero esa lápida está ligeramente desplazada, recuerdo que vine a colocarla con mi padre, que se jubiló el año pasado. Aunque era niño en aquel fatídico año, recuerdo perfectamente cómo pusieron esa lápida porque la aseguraron con mucho ruido y remaches de silicona y tornillos BP08 Y BP011 de 500 mm especiales de lápida. Y eso no hay ser vivo que lo mueva. A no ser que…

 
-A no ser que ¿qué? dígame quién ha podido ser señor Macías. Si me lo dice le asciendo a becario.

 
-A no ser que alguien con instrumental especial, o una fuerza sobre natural la haya movido. 

 
-A no ser que sea usted creyente, juraría por los clavos de Cristo que tenemos varios sospechosos que pueden tener ese material: el nuevo enterrador Paco el tuerto, el ferretero Manolo el manco, o el presidente del Hampa Tito Corvejone, quien ya hizo de las suyas en la última operación policial y tengo ganas de echarle el guante.

 
Hacía veinticinco años que no se tocaba aquella tumba, 1991 fue un año que había dejado muchos casos sin cerrar y por fin en 2016 iba a poder cerrarse milagrosamente uno de ellos. El informe de las pruebas era concluyente, allí había sido enterrada una persona cuya identidad no interesaba a las autoridades que trascendiera, pero lo cierto es que habían resucitado a Laura Palmer.

 
Conturmio de Roncesvalles