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Mostrando entradas de junio, 2017

Rasuración existencial - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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Rasuración existencial  No tengo barba. No tengo bigote. Aún así, me afeito.  Seudónimo : Loto de Ra 

De abajo arriba y no viceversa - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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De abajo arriba y no viceversa Nunca fui de ponerme corbatas, pero esta vez es una ocasión especial.  Seudónimo : Loto de Ra 

UN TRABAJO BIEN HECHO - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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                                                                                         UN TRABAJO BIEN HECHO Guillermo Guedó Para M. Spencer componer el escenario del crimen consistía en encajar cada silla en su lugar -es decir, allá donde geométricamente se desgastaba el suelo por el uso continuado-, recoger los trozos de cristal, las astillas -los trozos de cristal y astillas de cierto tamaño, claro-, ordenarlos meticulosamente y guardarlos uno a uno en pequeñas bolsas de plástico y sellarlas; pasar compulsivamente un diminuto plumero saturado de carbón en busca de huellas siguiendo los arcos y los confusos ángulos de cada arquitectura en una habitación que requería tiempo que no tenía. Desdibujaba también los rastros de sangre; regaba las gotas con luminol y las traía para sí con una luz ultravioleta de bolsillo y terminaba en la carne ya fláccida del cadáver al que palpaba, dilataba la piel, buscaba cabellos en su superficie gomosa, registraba sus uñas -por lo general, de

LA FIESTA - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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LA FIESTA Guillermo Guedó Si todos los presentes se hubiesen fijado en aquella otra mujer momentos antes de que la espectacular rubia saliese del guardarropa, chillando y gesticulando horrorizada con mímica de muñeca hinchable, para aferrase al cuello del tipo con aspecto de Billy Murray descafeinado que apuraba ya su cuarta copa de Green Label sin mucho remordimiento; si todos (incluido el trasnochado Murray, quien había dejado el embate del whisky por deslizar la mano con poca sutileza por debajo de la cintura de la chica), se hubiesen girado, aun por mera casualidad, antes también que asomarse empujados por un morbo adolescente al guardarropas y encontrarse -como se encontraron-, al anfitrión sentado, con el pantalón hasta los tobillos a modo de improvisado grillete y con el pijo tieso como todo él -tieso de muerte, digo-, hubiesen podido ver a aquella la mujer -a la recién viuda-, con una sonrisa satánica de oreja a oreja, empapando generosamente con arsénico las pastillas a

¿EL ARTISTA? - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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¿EL ARTISTA?  POR: GRAFITTI   ---Es el mismo rostro---comenta el dueño de la galería.   ---La sangre parece tan real---dice el crítico.   ---¡Queda detenido por el asesinato de su hijo! ---ordena el policía. 

LA PUERTA - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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LA PUERTA Alberto se había parado un momento para contemplar el sólido monumento. De noche y a cierta distancia, la Puerta de Alcalá le inspiraba grandeza y seguridad. Al margen de su verdadero significado, a él le parecía algo así como una puerta celestial puesta en la Tierra. La verdad es que necesitaba de esas sensaciones. Un hombre solo fuera de casa... y algo sentimental. Eso si, contaba con su otro yo. ---¿Recuerdas aquella noche en el hotel de la calle O’Donnell? ---¿Lo de la pilingui? ---Esa, ¡que tío!. Rechazas sus servicios y después le largas un sermón sobre el amor verdadero. Te llamó gilipollas ¿te acuerdas? ---Que si, que si ---Anda que hoy... ¿cómo se te ocurre comprometerte? ---El hombre no tenía otra solución, si no le ingreso el dinero mañana en Lérida en cuanto abra el banco, le embargarán la empresa ---¿Pero a ti que te importa?  es solo un cliente, y muchísimo dinero en metálico el que te endi... ---Ya lo se, ya lo se, pero si no le hago este favor está perdido

DATIO IN SOLUTUM - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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DATIO IN SOLUTUM Mi situación no tenía solución. Letrado de profesión, no encontraba salvación: no defendía ni a un ladrón. Hasta que surgió la ocasión. Fue un “yonki” y su adicción que me puso en relación con un mafioso matón. Mi cliente, el hampón, se llamaba Ramón. Tocaba el saxofón en un antro de perdición, resoplando en un rincón y exiliando la pasión. Acudí a una función para conocer su don, pero su interpretación me produjo desazón al escuchar la entonación. Para muestra un botón: la desentonación de Ramón produjo exasperación en el inspector Agamenón que asistió a la audición cuando realizaba la investigación; Ramón con su desafinación consiguió la precipitación de su inevitable citación.  La mafia, en oposición a Ramón, tenía su razón porque sabía que era un soplón, y la incitación a la prevaricación del fiscal anticorrupción tenía la intención de evitar su liberación. Empleé mi seducción para su absolución pero desistí y propicié su indefensión al observar en los capos ros

PATERNIDAD - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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PATERNIDAD  El último golpe hace que un líquido viscoso se despeñe por sus labios. —Este reloj atrasa —escucha en el susurro del agresor—. No lo entiendo, acabo de llevarlo al relojero, creo que tendré que hacerle una nueva visita para “arreglarle” la cabeza. De los ojos del energúmeno se desprende cansancio y apatía. Cumple su trabajo con método cartesiano sin la más mínima implicación de un sentimiento. —No tengo nada contra ti, créeme, solo cumplo órdenes… Despedirte de este asqueroso mundo… Con rigurosidad cartesiana el salvaje, de boca cavernosa y mirada taladrante, descarga los golpes. El joven los encaja con una expresión de desvalimiento congelada en su rostro. No tiene escapatoria. La idea de quedarse con la recaudación del negocio de un “capo” fue temeraria y enormemente arriesgada. Le descubrieron. Cuando iba a acudir a la “pasma” pidiendo protección a cambio de denuncia, aquel sicario le secuestró en la misma puerta de la comisaría sin que ninguno de los policías de gua

La araña Martha - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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La araña Martha  Una araña llamada Martha observa con todos sus ojos lo que está ocurriendo en la habitación; monstruos de grandes extremidades despedazan una presa. Ella siente las vibraciones de los gritos en todas sus patas, son demasiado fuertes...  Las criaturas tomaron partes de la víctima, la cual, para Martha solo era una mancha blanca que se tiñe de rojo. Los gritos disminuyen. De pronto un ruido ensordecedor asustó terriblemente a Martha y corrió hacia un rincón perdido del techo en el que se sintió más segura... Sintió temor por la figura sin vida pero no alejo la mirada.  Al terminar su ritual violento los monstruos se marcharon sin mirar atrás como si fueran sombras oscuras. Martha dio gracias por vivir en un mundo pequeño. Era tarde y el hambre se hizo presente, tomó entre sus patas la mosca que sería su cena y le arrancó la cabeza. No dejó de pensar en lo que había transcurrido y se alegró de no ser un monstruo.  =Kuroi=

Cuando los pajarillos se van en otoño - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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Cuando los pajarillos se van en otoño   Normalmente llegado el mes de septiembre en estas latitudes, todos aquellos pajarillos que pasan el verano con nosotros y han criado a sus crías en estas tierras; inician el camino al otro verano que les aguarda. Sus nidos quedan vacíos y destruidos o quizás ocupados por otros inquilinos menos plumíferos que ellos. Son muy adorables verlos cantar en el verano y primavera, entristeciéndonos cuando marchan pero alegrándonos cuando regresan. Da un poco de pena que se marchen pero las frías noches otoñales y las invernales les matarían irremediablemente. Es preciso que realicen ese viaje, hay muchas aves que lo realizan pero los más pequeños se quedan aquí a aguantar el otoño e invierno. Cuando llega el mes de octubre se producen enormes migraciones de todas partes, que vienen incluso desde la península escandinava, es una enorme distancia hasta el norte de África. Pero encima de su largo viaje que deben afrontar encima deben soportarlas contin

La buena vecindad - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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La buena vecindad En el pueblo de Antares de Arriba vivía Gervasio y su esposa que eran mayores, ya eran ancianos jubilados; y su salud era algo importante en sus vidas por que siempre tenían algo en que pensar. Hasta hacía 15 años habían vivido en el pueblo continuo que se llamaba Antares de Abajo, no tuvieron ningún problema solo que era más grande y ellos querían más tranquilidad a su vejez. Por que este pueblo era más pequeño y a la vez más tranquilo, apto para su vida de jubilados; vendieron la vivienda de su propiedad y compraron otra en el nuevo pueblo. Hasta ese punto todo perfecto pero el problema surgió cuando empezó la convivencia con su vecino. La situación llegó al límite, nunca pudo tener una relación adecuada con ellos. Trataba de razonar sobre ello pero era imposible y en más de una ocasión pensó en marcharse de ese lugar por que la tensión era cada vez más frecuente; y como él y su esposa eran ancianos los vecinos se burlaban socarronamente en toda clase de acto

LA BALA QUE NO ME TOCÓ - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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LA BALA QUE NO ME TOCÓ Cuando Héctor Jiménez recibió el email del veredicto de aquel concurso, no imaginó que su alegría duraría tan solo unos minutos. Una bala atravesó su pecho, haciendo un orificio muy pequeño, y por allí se le escapó el alma. Él no fue el destino de la bala que salió disparada desde el arma empuñada de un marido celoso que siguió a su mujer y la encontró abrazando a otro hombre. La mujer encontró a su hermano perdido, veinticinco años después, y justo en ese momento, luego de previo contacto, lo abrazaba. El marido, a cien metros de distancia disparó temblando de la rabia y la bala perforó el pecho de Héctor Jiménez, que estaba a un lado de los hermanos. Héctor acababa de leer en su Smartphone que su cuento “La bala que no me tocó”, resultó primer lugar en un concurso internacional convocado desde España, y recibiría diez mil euros como premio. En menos de quince segundos sacó las cuentas, al cambio en el mercado negro venezolano sería una cantidad que no alcanz

SANGRE QUE CLAMA - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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SANGRE QUE CLAMA No pudo sospecharlo, el beso, el abrazo, aquel “ojalá disfrutes, piensa en mí” pronunciado al oído mientras él metía la maleta en el asiento trasero. La sonrisa en su rostro cuando ella se alejaba, esa misma sonrisa que podía contemplarse pese al vidrio empañado del auto y la distancia cobrando vida hasta doblar la esquina. Cuando desapareció la figura de su esposo respiró aliviada, convencida de que todo saldría bien.  Cuando giró hacia el hombre al que todos señalaban en la sala de espera del aeropuerto, no esperó encontrarse con aquella imagen. Los rayos del sol, que se colaban por la ventana reposaban sobre el filoso vidrio manchado de la sangre que emanaba desesperada de la mano que lo empuñaba. En el momento la cegó el destello que se debilitó hasta desaparecer por la sangre que vistió el vidrio. Un guardia de seguridad se acercó con un brazo extendido, mostrándole la palma de su mano izquierda, queriendo calmarlo, y su mano derecha apoyada en el bastón colgad

El final I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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El final Hay veces que lo tienes claro antes de empezar, pero en muchas ocasiones no lo sabes hasta pasadas unas líneas o incluso hasta que llega el momento de escribirlo. Tienes el comienzo, el argumento y los personajes, incluido el protagonista. Lo sabes todo de él. Casi todo. Sabes que es un psicópata, sabes que es insomne, sabes que siempre va armado. Sabes que es alto y fuerte, más alto y más fuerte que tú para que los lectores crean que el autor es tan fuerte y tan alto como el protagonista. Sabes que la policía será incapaz de atraparlo, seguirá matando. Sabes que guarda algún secreto, pero no sabes cuál, y esa es la clave del desenlace que necesitas, ese final que atrape y fije la historia en la mente del lector. Hasta que, de repente, llega un día en que algo te sobresalta, normalmente es de noche y estás en la cama a punto de dormirte. Vas a la cocina a beber un poco de agua. Escuchas algo al otro lado del pasillo. Caminas hacia el salón, iluminado tan sólo por la telev

Nerón - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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Nerón Por atavismo o pura inercia tendemos a pensar en los criminales con estereotipos, nótese la primera persona puesto que me incluyo, como no dadas las circunstancias que me atañen y me incumben. Quizás solo vemos el daño pero no vemos qué y quien hay tras el daño. No dar una escusa perfecta, no es otorgar el perfecto alibi, simple y llanamente es sufrir el beneficio –o maleficio, no sabría decirlo- de la duda. Ya ha caído el telón, la parafernalia ha finalizado, el público recoge sus bártulos y bagatelas pero yo, aquí sigo, en un mutis y a la par en un soliloquio. Sólo ante esta inhóspita, ríspida y cruel tesitura, con un monólogo que parece no acabar nunca, sin principio aparente y sin final aparente, como un uróboro que se muerde su propia cola. En fin, ¿cuándo la humanidad se podrá permitir el lujo de dejar de depender de cuerpos de seguridad y de un sistema judicial? Fácil de responder, cuando esta pierda su condición intrínseca, cuando esta llegue a ese extremo nihilista de

LA MANSIÓN DOBLEMENTE MALDITA I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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LA MANSIÓN DOBLEMENTE MALDITA Por Magopitágoras Mi hermano despierta y se concentra en sembrar el caos en la mansión. Las luces de la casa fluctúan intermitentemente. Un par de jarrones y una percha vuelan por los aires empujados por la furia incontenible de mi gemelo. A mí no me agrada lo que está haciendo pero estoy aburrido y decido colaborar con él. Observo en el mueble del recibidor una pieza de cristal de Bohemia de bella factura, demasiado valiosa para ser destruida por nada: la dejo intacta y, en su lugar, destruyo un par de vasos rayados por un uso excesivo. No asusto a nadie, no tengo talento para ello. Tampoco quiero estar aquí. En cambio, mi hermano posee un alma destructiva y, con su devastadora fuerza, empuja al abismo la figura que yo había indultado. Además un i-phone termina desintegrado contra la pared. Los propietarios de la casa despiertan ante tanto ruido y salen al pasillo a comprobar que ocurre. El marido se acerca a los restos metálicos del móvil me

Jose Antonio Rodriguez en Concierto por solea

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Actuación de José Antonio Rodriguez en Concierto , acompañado de Chico Gallardo - 2ª guitarra - Agustin Deassera - percusión- y Manuel Hernández - técnico de sonido - dentro del XXV Ciclo Conocer el Flamenco. Donde pudimos escuchar un fragmento de la composición para el Ballet de Andalucía " La Leyenda", "Una tarde", "Por solea", etc. José Antonio Rodriguez es uno de los pocos compositores de música flamenca con prestigio internacional, posee un amplio curriculum que comenzó en el año 1.981 ganando el primer premio para Guitarra Flamenca de Concierto, en el XXI Festival de Cante de las Minas de la Unión, despues vinieron: 1982 Primer Premio para Guitarra Flamenca de Concierto en el XI Certamen Nacional de Guitarra Flamenca de Jerez de la Frontera. 1984 Obtiene el titulo Oficial de Profesor de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba. Convirtiéndose con 20 años en el profesor de guitarra más joven, en la especialidad

La Gran Sampras - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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La Gran Sampras       Ariadna Sampras falleció y a nadie le importó. Los periódicos no reportaron su muerte y sólo dos personas acudieron al funeral, siendo una de ellas, precisamente, el hombre que había acabado con su vida. La otra era su madre, que acudió por lástima, aunque no sentía pena. Quiso ser recordada como La Gran Sampras, pero nunca pasó de Ari, la pobre chica del Heaven Club, la camarera siempre excesivamente arreglada, sedienta de atención, la de la risa demasiado alta, demasiado vulgar. Ni guapa, ni fea. Ni muy lista, ni del todo tonta. Demasiado vieja ya para ser joven, demasiado arrugada para hacerse la ingenua.     La asesinaron el 13 de mayo del año pasado, en una noche silenciosa y tranquila. No hubo lluvia ni tormenta, ni siquiera eso tuvo, la pobre, para subrayar el dramatismo de su último aliento. La noche no se inmutó porque no se enteró. Ariadna Sampras, Ari, murió como mueren los olvidados: rápido y en silencio. Bastó con que el hombre rodeara su cuel

Inocente I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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Inocente “Soy inocente. Te estás equivocando”. Las palabras del supuesto asesino que había atemorizado a la ciudad durante semanas le habían inquietado. Las pruebas estaban sobre la mesa, pero, si se estaba equivocando, el verdadero criminal estaba todavía fuera de la cárcel. Días después de la detención de Jay Byron, cada vez consideraba menos culpable a aquel indefenso muchacho vendedor de drogas de su barrio. Pero si no era él, ¿quién se había tomado la molestia de cambiar sus huellas por las de otro convicto? Amanda Taylor regresó a su casa con la incertidumbre y la culpabilidad de quién sabía que no estaba haciendo lo correcto. Jay iba a ir a la cárcel si no lo evitaban. ¿Estaba ella empezando a creerse las propias pruebas que había dejado el verdadero asesino? Una extraña sensación le removió el cuerpo mientras recorría el largo pasillo hasta llegar a su habitación. Todo pasó muy rápido. Una sombra apareció detrás de ella, agarrándola por los hombros, inmovilizándola. Podía no

La mirada azul I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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La mirada azul                                      La cuchilla paseaba por su incipiente barba. Sus ojos se reflejaron en el agua llena de espuma. Un color azul oscuro, como las olas en plena tormenta. Cerró los ojos e intentar dejar la mente en blanco. Por última vez se miró en el espejo. Bien afeitado y dentro de poco con la corbata colgando del cuello. Una soga que mata en silencio, como él pensaba. Ya con los guantes puestos y las cordoneras de los zapatos bien anudadas salió del piso. No era gran cosa, un pequeño apartamento, viejo y con goteras que inundaban la cocina cuando llovía. Hacía frío, el invierno ya estaba cerca. No tenía que andar demasiado para llegar a su destino, no estaba lejos y con un pequeño paseo estaría donde le requerían. Además, solo paseaba el viento por las calles empedradas. La noche ya había caído en la ciudad de Cuenca y todos dormían, menos él. En unos segundos se topó con la catedral que se elevaba hacía el cielo, ya desgastada por los años pero c

La broma - I Concurso de microrrelatos "La cruz del Negro"

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    La broma       La historia la había inventado Vázquez en los tiempos en los que yo tenía el despacho. A nadie le hizo gracia el asunto pero el más perjudicado fue, sin duda, Martínez. Desde aquel día se hizo más arisco en el trato y evitaba cualquier conversación que no fuera estrictamente necesaria. Vázquez siempre fue un petulante y un creído pero en aquella ocasión su estúpida broma nos afectó hasta el extremo de envenenarnos a todos y por eso decidí darle el finiquito. En vez de mejorar las cosas, Martínez se encerró cada vez más en un mutismo insondable hasta que un día desapareció sin dejar rastro. Yo estuve una temporada obsesionado con el tema, preguntando e investigando por mi cuenta. Me cité con su ex mujer, revisé el contenido de su ordenador, intenté ver que relación podía haber entre la broma y todo lo que había acontecido, analizando cada palabra, cada gesto posterior... nada. Hoy lo vi en el periódico, en la página de sucesos. Había sido un crimen pasional; un